La Guardia Civil ha detenido a un vecino de Madrid, de 26 años, como presunto autor de varios delitos sexuales y corrupción de menores y que presuntamente se hacía pasar por una menor para captar y engañar a menores a través de las redes sociales y para generar pornografía infantil.
Según ha informado la Guardia Civil, la investigación se inició a raíz de una denuncia interpuesta en una localidad de Jaén, donde los tutores legales de dos menores de 8 y 11 años descubrieron que estos estaban haciendo videollamadas con otra persona, desnudándose ante la cámara con actos sexuales.
La investigación ha sido llevada a cabo por agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Jaén, en colaboración con la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) y dirigida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén.
En el marco de la operación Retobux han sido localizados los dispositivos y soportes de almacenamiento utilizados por el detenido, cuyo análisis inicial ha permitido identificar por el momento a varias víctimas residentes en España, también otros menores de otros países, que se encuentran en proceso de identificación, y los investigadores están analizando más de 300 gigabytes de información.
Los agentes pudieron determinar que la persona que estaba solicitando las imágenes a los menores residía en Madrid y se constató que se dedicaba de forma masiva a captar menores de corta edad para generar material pornográfico a través de varias redes sociales.
Los agentes consideran que seleccionaba a menores con cierta exposición inicial en redes sociales y, cuando contactaba con ellos, se hacía pasar por una niña de su edad con el deseo de establecer una amistad.
Al principio, establecía conversaciones breves y aparentemente normales, tratando de averiguar las preferencias y gustos de los menores para establecer una estrategia de engaño, sobre todo en cuanto al uso de aplicaciones y videojuegos online.
Una vez obtenida la información, según la Guardia Civil, proponía a sus víctimas la ejecución de una serie de retos que progresivamente iban teniendo un mayor carácter sexual, bajo la promesa de entregar como premio mejoras especiales en videojuegos o aplicaciones online, tales como apariencias o habilidades exclusivas en personajes del videojuego, subidas de nivel, etcétera, ya que estos elementos solo están disponibles bajo pago y los menores no disponían de recursos económicos como para obtenerlos por sus propios medios.
Ganada la confianza de los menores, solicitaba través de redes sociales y aplicaciones de comunicación la entrega de material pornográfico a través del envío de fotografías, vídeos o mediante videollamadas y cuando los menores accedían a posar desnudos ante la cámara y practicar actos sexuales, el detenido capturaba la pantalla de sus dispositivos para almacenar dichas imágenes y posteriormente coaccionaba a los menores para que continuaran enviándole imágenes.