La entrenadora de la selección femenina de fútbol, Montsé Tomé, ha negado este viernes que su predecesor, Jorge Vilda, o alguien de la Federación influyesen en su decisión de no convocar a Jenni Hermoso en sus dos primeros partidos al frente del equipo y ha indicado que le guiaron criterios técnicos.
Según informan a EFE fuentes jurídicas, Montse Tomé ha explicado ante el juez del caso Rubiales que adoptó esa decisión por motivos estrictamente deportivos y también debido a la presión mediática que existía por el beso no consentido que el expresidente de la Federación Luis Rubiales dio a Jenni Hermoso tras la victoria en la final del Mundial en Sídney (Australia), el pasado 20 de agosto.
La entrenadora ha declarado este viernes como testigo ante el magistrado a petición del anterior seleccionador, Jorge Vilda, uno de los cuatro a los que el juez propone sentar en el banquillo por esta causa, en su caso por las presiones a las que fue sometida la jugadora para que dijese que el beso que le dio Rubiales fue consentido.
De acuerdo a las fuentes, Montse Tomé ha negado que Vilda, que ya había sido cesado, o algún cargo de la Federación Española de Fútbol (RFEF) influyese en su decisión de no convocar a la jugadora en los dos primeros partidos de la Liga de Naciones, disputados el pasado mes de septiembre, sino que se debió a motivos técnicos, porque Jenni Hermoso no había jugado muchos durante la pretemporada.
Sí que ha señalado a Vilda, según las fuentes consultadas, como la persona que le indicó que debía asistir a la asamblea de la Federación el 25 de agosto del año pasado, en la que Rubiales, pese a lo que se pensó inicialmente, aseguró que no iba a dimitir. Lo acabó haciendo días después y actualmente está inhabilitado por la FIFA.
Con esta declaración, que el juez rechazó practicar en un primer momento y fue ordenada por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, pretendía indagar en si la decisión de Tomé de no convocar a Jenni Hermoso fue impuesta «por terceros» o estuvo relacionada con la negativa de la jugadora a firmar un comunicado conjunto con Rubiales.
Montse Tomé explicó en su día que no la convocó para «protegerla» de todo el ruido mediático generado y la jugadora se preguntó de qué o quién querían protegerla con esa decisión.
La semana pasada, el juez propuso sentar en el banquillo a Rubiales, a Vilda, actualmente al frente de la selección femenina de Marruecos; al director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, y al responsable de marketing de la RFEF, Rubén Rivera, por esas presiones a las que fue sometida Jenni Hermoso.
Por el momento, pese a la petición de las defensas, el magistrado ha decidido mantener ese auto.
Tras varios meses de investigación, el juez concluye que el beso que Rubiales le dio a Jenni Hermoso en la ceremonia de entrega de trofeos del Mundial «no fue consentido» y respondió a «una iniciativa unilateral y sorpresiva» del expresidente de la RFEF, a quien ha investigado por un delito de agresión sexual y otro de coacciones.
Agencia efe