Cristina Gutiérrez, a sus 32 años, ha hecho historia. Se ha convertido con Red Bull en la primera mujer española en ganar el Rally Dakar. En una entrevista con EFE, da su visión sobre el deporte y el patrocinio. “Las empresas no buscan solo poner pegatinas, sino valores en sus representados”. Ahora que está en la cima, recuerda a su “familia deportiva”, el Grupo Antolín, multinacional de Burgos, que le ayudó a llegar en su primer Dakar.
La piloto española, segunda mujer en ganar un Dakar tras la alemana Jutta Kleinschmidt, que venció en 2001, tiene las cosas claras. Comenzó desde abajo y todos esos valores recogidos durante años le están sirviendo para no darse por vencida y valorar lo que cuesta un Dakar. Al próximo irá conduciendo un Dacia para competir en la categoría top. Un nuevo salto en su carrera.
Pregunta: ¿Cómo ha sido la vuelta a casa después de la victoria?
Respuesta: Cuando llegué al aeropuerto, estaban mis padres y mis hermanos, que me lo imaginaba, y además vi a toda la familia y a mis amigas de cualquier rincón del mundo, fue emocionante. Todavía estoy aterrizando emociones y siendo un poco más consciente de lo que ha pasado estos días.
P: Ahora que han pasado varios días, ¿tiene sensaciones más reposadas?
R: Estoy más relajada. Aterrizando lo vivido. Estoy muy contenta de todo lo conseguido y valorando lo que he pasado desde los dieciocho años. Ahora tengo treinta y dos y veo que llevo compitiendo todo este tiempo con momentos buenos y malos. Me estoy dando cuenta que el que siembra recoge. He trabajado mucho para esto. Estoy dando mucho valor a lo conseguido. No ha sido un Dakar fácil, se ha hablado de que ha sido el más duro en Arabia Saudí y lo puedo corroborar. Cada etapa tenía su dificultad y había de todo.
P: Primera mujer española en ganar el Dakar. ¿Cómo asimila entrar en los libros de historia así?
R: Tenía que llegar. Cada año somos más mujeres y al final son números. Cuantas más mujeres hay compitiendo más probabilidad hay. Esta vez me ha tocado a mí y ojalá venga la segunda, tercera, la cuarta y que no haya que sorprenderse. Lo bonito de este deporte es que es mixto. Competimos a la vez con lo mismo. Por eso me gusta tanto.
P: ¿Cómo es ir a un Dakar representando a Red Bull?
R: Estar en Red Bull es estar en la élite. Te dan los medios para que un piloto demuestre de lo qué es capaz. Cuando un equipo te apoya y te aporta tanto y tiene tanta confianza en ti y tú en ellos eres un piloto libre de sentir y expresar emociones conduciendo. Estoy en las mejores manos para llegar a mi máximo.
P: Además sabe lo que es la otra cara de la moneda, la de buscar financiación para empezar a competir
R: Por un lado agradezco vivir la parte fea, que realmente no es fea, de empezar en un trabajo con menos ayuda y con coches de peor calidad o que aguantan menos. Entonces tus objetivos son distintos. Cuando empecé a hacer un Dakar terminarlo era un infierno. Terminarlo lo celebrábamos como si hubiéramos ganado. Lo importante de vivirlo desde cero es que valoro mucho lo que tengo ahora, que es un equipo y una estructura top. Todos los valores que he ido recogiendo estos años me están sirviendo para luchar hasta el final, no darme por vencida nunca y valorar lo que cuesta un Dakar y tener un coche top. Me ha gustado el proceso porque me ha enseñado muchas cosas que ahora estoy aplicando.
P: ¿Cuáles fueron esos primeros compañeros de viaje?
R: Estuve compitiendo en el Campeonato de España y llegó un año, cuando llevaba seis, que llegó un punto en el que quería hacer un Dakar, pero eso eran palabras mayores. Tenía 25 años y tenía que ir por las empresas buscando algo sin tener demasiado palmarés o bagaje como para que una empresa confiara en mí. Fue muy complicado. En esto sí que hablo de mi ciudad porque me encontré con la presidenta del Grupo Antolín, le conté mi historia, se enamoró de los valores y de mi personalidad y tuve la suerte de conectar con una persona que en ese momento fue vital para mi. Sin ella no hubiera podido ir al primer Dakar y lo que siguió no hubiese ocurrido. Fue estar en el momento con la persona adecuada. Decidió ayudarme, decidió hacer que otros me ayudaran y por eso hice mi primer Dakar.
P: ¿Sigue teniendo algún tipo de vinculación con Antolín?
R: Sí, al final es como mi familia. Ellos vivieron los Dakar más sufridos. Les contaba mis problemas y cómo encontrar otra parte de la financiación. Hoy en día tengo contacto, se alegran mucho y son mi familia deportiva.
Pocas mujeres en los rallies
P: Cada vez hay más mujeres pero el mundo de los rallies ha sido tradicionalmente de hombres. ¿Cómo ha vivido entrar en ese mundo?
R: Lo he vivido muy normal, muy natural. Entré en los rallies y nadie me dijo ‘no puedes venir aquí’. Nunca me sentí fuera de ese mundo. Lo que sí es cierto es que con el paso de los años he cambiado mi forma de pensar en el sentido de que antes algunos comentarios los dejaba pasar. Hoy en día creo que tenemos una responsabilidad al más alto nivel de transmitir lo que pasa y lo que escuchamos para que en el futuro nos demos cuenta de que hay comentarios y situaciones en la vida, no solo por parte de hombres sino de mujeres, porque esto es cuestión de educación, que hay que cambiar.
Eso que a ti te parece normal le puede a otro hacer daño, le puede doler o le puede hacer que pierda la ilusión por sus sueños. Me veo en la obligación de decir la realidad. Hay comentarios que te pueden doler y que antes de decirlos deberíamos pensar si van a afectar a la persona que está delante. Es un mundo de hombres por número pero no porque nadie te evite ir allí. Hay situaciones peculiares como escuchar: ‘Cristina cómo ha hecho esos tiempos, está mal’. O revisiones en el coche más allá de lo normal porque no creen que esté haciendo esos tiempos. Situaciones que vas superando y normalizando a la gente que los vive y que en el futuro seguramente no existan.
P: Y el papel de la mujer en Arabia Saudí, ¿cómo lo ha visto?
R: Llevamos cuatro años allí. La primera vez que lo visité había ciertas normas a cumplir. También digo que vivimos en una burbuja. Llegamos al país y nos envuelve la burbuja Dakar. Vamos de un sitio a otro con el vivac y no hacemos vida en la calle. Hay partes negativas como querer estar en otro sitio, pero podemos darle la vuelta a la tortilla y ayudar a otras personas, incluidos hombres, a que se den cuenta de que hay mujeres que se están abriendo paso y haciendo cosas que para ellos no son normales. Me he encontrado con hombres muy abiertos, que se alegran una barbaridad por verme competir. Por eso hay que dejar de lado generalizar a Arabia Saudí como país y hay que individualizar a la población porque habrá un lado que sea más extremista, y que espero evolucione, y otro que se alegra mucho de recibir la cultura europea de apertura y pensamiento. Tenemos un deber al estar compitiendo allí.
El Dakar 2025, en Dacia
P: El próximo Dakar será con un Dacia. ¿Qué espera de ese cambio?
R: Es un salto muy grande porque es la categoría absoluta, dónde compite Carlos Sainz. Es un momento muy bonito en mi carrera deportiva porque te da un equipo la oportunidad de entrar en una estructura con pilotos como Nasser Al Attiyah y Sébastien Loeb. Para mí es un honor y un orgullo que una marca como Dacia se haya fijado en mí, joven y mujer, porque hay muchos pilotos y me han transmitido su confianza y ganas de que esté ahí dándolo todo. Espero estar rindiendo al máximo y aprender de los pilotos con los que estoy compitiendo.
P: ¿Está recibiendo más ayudas y patrocinios después de sus éxitos?
R: No es tan fácil como parece porque al final las empresas no buscan solo poner pegatinas sino valores en sus representados. Conforme vamos avanzando en el mundo del motor se interesan más. Cuantas más coberturas nos dais es más fácil que una empresa te vea y vea lo que transmites, aunque a mi me gusta que las personas con las que estoy compartir más que una pegatina o imagen. Me gusta compartir vivencias, valores y agradezco que empresas españolas, que compaginan tu forma de ser, se interesen. Es un momento muy bonito en mi carrera.
P: Aparte de piloto es odontóloga. ¿Tiene un poco apartada la profesión?
R: Empecé a estudiar a la vez que competía. Llegué al mundo del motor y pensaba que muy pocas mujeres viven de esto. Llegué con dieciocho años, empecé a estudiar, terminé la carrera y empecé a competir a la vez. Estando en Red Bull ya empecé a quitarme pacientes y hoy en día el 95% de mi tiempo lo dedico al deporte y el 5%, y en reducción, a los pacientes. Son pacientes de ortodoncias de año o año y medio y las estoy acabando. Cuando acaben espero dejar aparcada la odontología por un tiempo para dedicarme y estar cien por cien concentrada en el deporte. Tengo la suerte de que es una clínica familiar, el jefe es mi padre y me ha dado libertad de elegir y tener horarios flexibles.
Fuente Agencia Efe