El acusado, que niega los hechos, colgó una foto de un machete en las redes sociales tras una ‘caída’ a los trinitarios
MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) –
Un menor amputado en una ‘caída’ lanzada por los Dominican Don’t Play (DDP) contra los trinitarios ha relatado en el juicio la brutal agresión que sufrió el 26 de abril de 2021 a machetazos a manos de varios pandilleros en un parque de Usera y que le dejó incapacitado con la necesidad de recibir asistencia de forma permanente.
«Necesito ayuda para todo», ha lamentado. Los hechos se produjeron cuando un grupo de jóvenes que se encontraba jugando a las cartas en un parque junto a la calle San Ruperto y San Mario fue atacado por varios individuos que portaban machetes y otras armas blancas.
Las víctimas trataron de huir siendo alcanzados por dos jóvenes. Un menor tras caerse al suelo fue agredido con machetes que le ocasionaron lesiones graves como la perforación de un pulmón y la amputación de una mano. Estuvo en coma durante varios días y el ataque le dejó secuelas de por vida al quedarle una discapacidad de un 97%.
El procesado, Jimmy José R. R., se enfrenta a 28 años de cárcel por dos delitos de homicidio en grado de tentativa en relación a un delito de pertenencia con banda criminal; robo con violencia; y lesiones leves.
Esposado junto a dos policías, con la mirada fija de frente y sin mostrar ápice de sentimiento, el presunto agresor se ha mantenido impasible e inmóvil en el duro relato de los agredidos. Uno de ellos ha dicho que no sabe si integra o no una banda pero lo que sí sabe es que es «un criminal». «Iban a matarnos», ha sentenciado.
Las identificaciones en sede policial fueron complicadas al ir los agresores vestidos de negro con el rostro oculto con capuchas, bandanas y «bragas hasta el cuello». Los afectados no vieron a los agresores pero pudieron observar en una de las manos de uno de ellos un tatuaje de una rosa.
MACHETES PARA GRABAR UN VIDECLIP
En su declaración, el acusado ha negado pertenecer a la banda y ha manifestado que en el momento de los hechos se encontraba con su pareja y después se fue a su casa, próxima al lugar donde se produjo la agresión múltiple.
A preguntas de la fiscal, ha reconocido que tiene amigos integrantes de bandas juveniles y que mantiene con ellos conversaciones por redes sociales. Además, ha asegurado que en su casa tenía machetes y armas detonadoras para grabar un videoclip.
Según la fiscal, el procesado colgó una foto con un machete tras el ataque perpetrado en la calle San Ruperto. La víctima le identificó en una rueda de reconocimiento.
En la fase testifical, un menor que sufrió la amputación de parte de la mano ha narrado que se encontraba con sus amigos en un parque jugando a las cartas cuando un grupo de unas cuatro personas se les echaron encima al grito de «de tres, de tres».
En su caso, trató de huir de la agresión pero se cayó y quedó tendido en el suelo, lo que aprovechó el grupo para propinarle machetazos en la cara, cabeza y hombro.
«Iban con capuchas y de negro. Gritaron de tres, de tres! Y nos atacaron», ha relatado la víctima, que necesita tratamiento psicológico y ayuda diaria. «Necesito ayuda para todo, para comer, para vestirme…», ha agregado.
Otro joven recibió igualmente un machetazo en la cara, sin ver a los autores al ir encapuchados. Le agredieron más de dos personas y resultó gravemente lesionado.
Uno de los amigos del menor agredido ha contado que pensó que el chico iba a fallecer por la gravedad de las heridas. «No se si eran miembros de bandas latinas pero criminales seguro que sí. Cómo pueden hacer eso cuando estábamos jugando a las cartas. Mi sensación era que iban a matarnos», ha subrayado.
Según el fiscal, lo que se conoce como una ‘caída’ es un ataque violento organizado, premeditado, por sorpresa y utilizando todo tipo de armas (generalmente armas blancas como machetes, navajas etc..), que los mismos consideraban pertenecientes a una banda rival o relacionada con la misma (como por ejemplo la banda latina de los Trinitarios).