El autor confeso del homicidio de los tres hermanos de la localidad madrileña de Morata de Tajuña cometió el crimen con una barra el pasado 17 de diciembre, es decir, un mes y un día antes de que sus cuerpos fueran encontrados con quemaduras y en proceso de descomposición, y pudo hacerlo acompañado de otra persona.
En un auto, al que ha tenido acceso EFE, el juez expone sus sospechas acerca de la posibilidad de que Dilawar Hussein F.C., de origen paquistaní, con nacionalidad española y de 42 años, pudiese no haberlo hecho solo.
El acusado ha pasado esta mañana a disposición del titular del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 5 de Arganda del Rey y, aunque ha reconocido su autoría de los hechos, ha dejado algunas «lagunas» en su declaración.
Entre ellas, dónde se desprendió de la barra que dice que empleó para matar a golpes a los tres hermanos o qué empleó para prender fuego a los cuerpos de las víctimas, ya que el magistrado no considera plausible que, como asegura, usase un mechero. Sí tiene claro, sin embargo, que lo hizo «con ánimo de dificultar la investigación».
Tal y como refleja el auto, el magistrado ha justificado su ingreso en prisión provisional ante el riesgo de fuga, de que altere las pruebas o de que pudiese poner sobre aviso a un supuesto cómplice.
También alega que el investigado tiene a la totalidad de su familia residiendo en Pakistán, un país que carece de acuerdo de cooperación judicial con España, y que percibe unos ingresos -de unos 400 euros mensuales- que le permitirían comprar un billete de avión o alquilar un vehículo para salir del país.
La Fiscalía ha solicitado idénticas medidas cautelares, mientras que la letrada defensora, Natalia Checa, ha solicitado que quedase en libertad dado que considera que no existe riesgo de fuga, pues lleva 25 años residiendo en España y su intención es trabajar para mandar dinero a su familia.
Dilawar Hussein se entregó la madrugada del pasado lunes en las dependencias de la Guardia Civil en Arganda del Rey, cuatro días después del hallazgo de los cuerpos -el jueves 18- y reconoció su implicación en el triple crimen de Pepe, Amelia y Ángeles, de unos 70 años y naturales de Torre de Juan Abad (Ciudad Real).
La principal hipótesis que maneja los agentes de Homicidios, a cargo de la investigación de la denominada operación Calvario, es que estuviese motivado por un ajuste de cuentas por las deudas que habían contraído los hermanos con algunos conocidos, señalaron a EFE fuentes próximas a la investigación.
Las dos hermanas se habían arruinado tras ser víctimas de una estafa amorosa y pedían dinero a sus allegados y vecinos de forma recurrente. A principios del año pasado le alquilaron una habitación al detenido, al que supuestamente acabaron debiendo unos 60.000 euros.
Dilawar Hussein fue condenado el pasado febrero a dos años de prisión por asestar tres martillazos en la cabeza a Amelia, pero quedó en libertad -con una orden de alejamiento- al carecer de antecedentes y comprometerse a indemnizar a la mujer.