MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) –
La alcaldesa de San Sebastián de los Reyes, Lucía S. Fernández, ha reclamado por carta una reunión a los responsables de Aena, Enaire, Dirección General de Aviación Civil y Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) para abordar las medidas necesarias para mitigar el impacto del ruido en la localidad por los vuelos del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
En caso de no recibir respuesta, el Ayuntamiento ha indicado que está dispuesto «a adoptar todas las iniciativas que sean necesarias para garantizar los derechos» de los vecinos.
La regidora ha remitido esta carta tras la última reunión del Grupo de Trabajo Técnico de Ruido (GTTR), en la que, según ha lamentado, los agentes competentes en materia aeroportuaria «demostraron carecer del interés necesario para solucionar el grave problema del sobrevuelo de los aviones a su paso por la ciudad».
En concreto, el Consistorio llevó a la 14ª reunión del GTTR, celebrada el pasado 28 de febrero, «los graves perjuicios que un cambio de codificación, auspiciado por el anterior equipo de Gobierno local, ha causado en diversas zonas» del municipio.
Según su versión, los promotores del GTTR «evitaron ofrecer soluciones e, incluso, quisieron hacer recaer sobre la alcaldesa la decisión de revertir el aludido cambio de codificación, algo que carece de toda lógica, ya que la competencia y las decisiones en materia de aviación civil sólo puede recaer en las autoridades competentes».
«Yo esperaba que, teniendo en cuenta las informaciones que desde que tomamos posesión nos habían proporcionado a la hora de solicitar el cambio de codificación, el cambio de ruta, este fuera admitido sin más. No que, en concreto, el director general de Aviación Civil del Ministerio del Gobierno de Pedro Sánchez nos tratara de una manera bastante ridícula y bastante irrisoria, exigiéndonos que tomáramos decisiones sin datos, sin rigor y sin informaciones», ha explicado la alcaldesa, que ha reclamado al Ejecutivo que dejen de tratarles como si fueran «idiotas».
En esta línea, el Ayuntamiento ha recalcado la necesidad de garantizar la operatividad del aeropuerto «a la par que se respeten los derechos fundamentales de decenas de miles de vecinos que son sobrevolados por los aviones». Por ello, la alcaldesa ha subrayado que las decisiones a adoptar por las autoridades competentes «deben ser consensuadas» con el Consistorio.
«Decisiones que no siempre se han tomado atendiendo a criterios como el interés general o, incluso, han obedecido a arbitrariedades que no han tenido en cuenta sus consecuencias», han indicado desde el Ayuntamiento, que espera que se atienda su petición de reunión «para clarificar la situación generada y proponer medidas para mitigar el impacto del ruido».
«San Sebastián de los Reyes necesita soluciones globales al problema del ruido, medidas que vengan avaladas por informes y estudios que determinen su conveniencia y beneficio para el interés general», ha indicado.
GRUPO DE TRABAJO
El Grupo de Trabajo Técnico de Ruido (GTTR) en Barajas se creó en 2009 con la finalidad de estudiar propuestas e iniciativas sobre posibles actuaciones encaminadas a mejorar la exposición por ruido en el entorno del aeropuerto. Este grupo está constituido por representantes del gestor aeroportuario, de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) y de los ayuntamientos afectados.
El aeropuerto de Barajas dispone de un sistema de control de ruidos denominado SIRMA que permite detectar, medir y asociar el ruido producido por las aeronaves al sobrevolar micrófonos instalados en zonas estratégicas de su entorno. En caso de detectar un posible incumplimiento, han manifestado que se notifica a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que es quien debe abrir expediente sancionador si considera que hay un incumplimiento.
El aeropuerto ha adoptado «numerosas medidas» para minimizar la afección acústica a las poblaciones del entorno, lo que ha permitido que el número de personas afectadas «sea menor que en la mayoría de los aeropuertos europeos con un tráfico similar», según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
El aeródromo no ha superado los niveles de tráfico de 2019 y no se prevén incrementos de ruido o emisiones atmosféricas a lo ya contemplado y autorizado en la Declaración de Impacto Ambiental vigente de 2001.