Siete menores víctimas del entrenador de Voley de un colegio de Aluche detenido el pasado mes de enero han ratificado ante el juez de Instrucción número 48 de Madrid las agresiones sexuales que sufrieron durante las clases de extraescolares en un colegio de Aluche, han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
Las niñas y un niño, de entre 8 y 10 años, han sido exploradas a lo largo de la mañana por un equipo psicosocial de los juzgados en una cámara Gesel, una habitación condicionada para permitir la observación con personas.
Está habitáculo está conformado por dos ambientes separados por un vidrio de visión unilateral, los cuales cuentan con equipos de audio y de video para la grabación de los diferentes experimentos. La diligencia está encaminada a realizar la prueba preconstituida de cara a que las menores no tengan que comparecer en el juicio para evitar lo denominado como doble victimización.
Tras ser exploradas, las menores han comparecido ante el juez que instruye el caso durante unos veinte minutos cada una para ratificar las presuntas agresiones sexuales que sufrieron a manos del investigado, que iban desde tocamientos hasta hechos más graves.
Tras las comparecencias, el abogado que lleva la acusación particular, el letrado Juan Manuel Medina, estudia solicitar una vistilla para pedir que el investigado ingrese en prisión al ratificar las niñas la comisión de siete delitos de agresión sexual y ante «el alto riesgo de reincidencia» que considera que existe.
Según las denuncias, el entrenador era «excesivamente cariñoso» con los alumnos, les hacía varios regalos y vestía con ropa en la que se le transparentaba sus genitales.
En una de las denuncias, la víctima relata, en un atestado al que ha tenido acceso Europa Press, que algunos de los supuestos delitos ocurridos en este caso a principios de diciembre en un colegio del madrileño barrio de Aluche.
La actividad extraescolar de voleibol se realizaba por las tardes dos días en semana y participaban muchos alumnos de Primaria. El entrenador, llamado Alexis, «siempre estaba muy encima de todos los alumnos, siendo excesivamente cariñoso».
El profesor, continúa la denunciante, «siempre vestía unos pantalones muy finos y casi transparentes en los que se podrían ver sus partes y siempre daba abrazos a los alumnos y alumnas, juntando sus partes con las de los alumnos».
EUROPA PRESS