Un juez de la localidad madrileña de Arganda del Rey decide este miércoles si manda a prisión provisional al detenido por la muerte de los tres hermanos de Morata de Tajuña, una semana después de que fueran hallados sus cuerpos sin vida y con signos de violencia.
Está previsto que Dilawar Hussein F.C., de origen paquistaní, con nacionalidad española y de 42 años, sea trasladado sobre las ocho de la mañana desde las dependencias de la Comandancia de Madrid de la Guardia Civil, donde permanece bajo arresto, hasta los juzgados de Arganda del Rey.
Ahí pasará a disposición de un Juzgado de Instrucción y Primera Instancia, cuyo magistrado decidirá si ingresa en prisión provisional a la espera de juicio y mientras los agentes de Homicidios continúan con las pesquisas, ha informado la Comandancia.
Las últimas, el registro de la casa en la que vivía desde hacía apenas 25 días, de donde los investigadores se llevaron efectos personales para analizarlos y tratar de obtener nuevas pruebas que acrediten su autoría del triple crimen.
Dilawar Hussein F.C se entregó la madrugada del lunes en las dependencias de la Guardia Civil, momento en que admitió su implicación en la muerte de Ángeles, Pepe y Amelia y fue detenido como presunto autor de tres delitos de homicidio doloso.
Sus cuerpos sin vida, quemados, apilados, con restos de sangre y en proceso de descomposición fueron hallados la mañana del pasado jueves en el interior de su domicilio.
La principal hipótesis que maneja la Guardia Civil es que el crimen estuviese motivado por un ajuste de cuentas por las deudas que habían contraído los hermanos con algunos conocidos, señalaron a EFE fuentes próximas a la investigación.
Las dos hermanas se habían arruinado tras ser víctimas de una estafa amorosa y pedían dinero a sus allegados y vecinos de forma recurrente. A principios del año pasado le alquilaron una habitación al detenido, al que supuestamente acabaron debiendo unos 60.000 euros.
El hombre dejó de vivir en casa de los fallecidos el 24 de febrero, cuando fue detenido por golpear con un martillo en al menos tres ocasiones la cabeza de Amelia y propinarle una patada cuando cayó al suelo.
Por estos hechos pasó casi siete meses internado de forma provisional en la prisión de Estremera hasta que quedó en libertad el 12 de septiembre.
Aunque el Juzgado de lo Penal número 2 de Alcalá de Henares lo condenó a dos años de cárcel y le prohibió aproximarse a menos de 500 metros y comunicarse con la víctima durante dos años y medio, le concedió el beneficio de suspensión de la pena al carecer de antecedentes y comprometerse a indemnizar a la mujer.
Fuente Agencia Efe