Se han identificado 934 alcorques vacíos en diferentes puntos del municipio, que van a ser repuestos con nuevos ejemplares o clausurados para favorecer la movilidad.
La Concejalía de Medio Ambiente ha iniciado el proyecto ‘Ni un alcorque vacío’, que tiene como principal objetivo consolidar el arbolado del viario urbano realizando, por un lado, las plantaciones necesarias para completar aquellos alcorques que actualmente se encuentran vacíos y, por otro, un análisis detallado de aquellas zonas donde se producen más marras para minimizarlas lo máximo posible.
«Los servicios municipales han hecho un minucioso trabajo no solo recorriendo las calles de la ciudad para localizar y referenciar todos los alcorques que se encontraban vacíos, sino también analizando si se dan las circunstancias adecuadas para volver a plantar un árbol en ese mismo alcorque o, por el contrario, proponer su clausura al ser inviable la plantación por problemas de espacio o accesibilidad», ha explicado el quinto teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Felipe Mansilla Nogales. «Además, junto a las propuestas de árboles y especies a plantar, se han definido todos los trabajos a realizar para conseguir plantaciones de calidad, que aseguren unos árboles futuros sanos y seguros», ha añadido.
Durante el año 2023 se realizó un inventario exhaustivo del arbolado urbano, que ha permitido identificar 934 alcorques vacíos en diferentes puntos del municipio.
En una primera fase del proyecto, y con el objetivo de minimizar las marras que anualmente se producen, se han analizado los alcorques vacíos y se ha establecido un plan de reposición de arbolado progresivo, priorizando en esta campaña 2023-2024 la plantación en alcorques que disponen de riego por goteo, reponiéndose un total de 460 ejemplares.
De los alcorques que actualmente se encuentran vacíos, se han identificado inicialmente 156 alcorques para clausurar por encontrarse en zonas que dificultan el paso peatonal y, de esta manera, eliminar también barreras arquitectónicas.
Además, durante el desarrollo de los trabajos se están registrando las incidencias que se encuentran en los alcorques y que pueden condicionar la viabilidad de los árboles plantados, como pueden ser la presencia de tuberías de suministro, hormigón, cemento o piedra que limitan el espacio que tiene el árbol para su desarrollo.
Por último, se va a realizar un seguimiento y trazabilidad de la planta desde cada uno de los viveros de origen hasta su plantación. De esta forma, en el caso de que no prosperen las plantaciones, se llevará a cabo un análisis de causas con el fin de reducir las marras a futuro.
Los técnicos municipales estiman que el proyecto estará totalmente finalizado en un plazo de 2 o 3 años.